miércoles, 19 de agosto de 2015

Pechito de cerdo con manta Vergara

 El pechito de cerdo es una carne magnífica y fácil de cocinar, porque tiene el tenor graso justo para equilibrar lo jugoso y dorado del crujiente.


La carne de cerdo constituye una fuente de proteínas de alto valor biológico o proteínas completas, necesarias para el crecimiento y mantenimiento de nuestro cuerpo debido a que la proporción de los aminoácidos es adecuada. 
A su vez, estas proteínas son de cadena corta y con mayor contenido de colágeno, por lo cual resultan de fácil digestión.  
Tiene menos lípidos, grasas y sodio que la carne vacuna y el pollo. 
Y además aporta más vitaminas, sobre todo las de los grupos B y C.

También se destaca por ser la carne con mejor relación sodio/potasio, esto significa que brinda un excelente aporte de potasio frente a un mínimo aporte de sodio, y por lo tanto, es recomendable para las dietas de hipertensos y todos aquellos que deseen reducir su ingesta de sodio.  


El pechito es el equivalente al “asado” y la manta es el “vacío”, se pueden preparar unidos o separados. Es un corte con hueso, ideal para cocinar a la parrilla por su cantidad de grasa.  


Preparación

Una vez que tenemos el pechito debemos agregarle sal gruesa en ambas caras y dejar descansar media hora en una bandeja. 

El secreto de esta preparación está en el adobo que hay que colocar al pechito de cerdo: 
Colocar en un bol miel, mostaza, pimentón, ají  molido, pimienta negra molida, salsa de soja y aceite de oliva. Mezclar muy bien con batidor de mano hasta homogeneizar los ingredientes.

Tomar un pincel y agregar la mezcla a toda la pieza del pechito.

En esta oportunidad, vamos a utilizar un tridente para pinchar la carne y llevarla a asar a la leña. El sabor de la carne asada a la leña es "incomparable" porque el humo de la leña le confiere ese gusto tan especial a ahumado. Cocinar al fuego de la leña es la "conjunción" ideal para deleitar los distintos sabores.

Hay que dejar que el fuego vaya asando el pechito y la manta muy lentamente y que el humo vaya jugando con los sabores del adobo y la propia carne del cerdo. No debe olvidarse que, cada tanto, hay que ir pintando las piezas del cerdo con el adobo especial.


Ya casi listo para servir, hay que seguir pintando para que quede como un laqueado bien brillante.


Y listo, podemos servir primero las costillas:


y terminamos con una linda y jugosa porción de manta:



Por favor, no se olviden de acompañar con un sabroso y fresco malbec!!!!!!!!!!!!!

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